Salida de Vancouver

 

 

La estancia en Vancouver fue muy buena.  Casi no tuvimos mucho tiempo el Martes, porque llegamos perdidísimos.  Ese dia nos fuimos al centro (o sepa donde sea) y anduvimos dando vueltas como locos sobre una misma zona, viendo si podia comprar mi cámara.  Fuimos a Sears, a tiendas que no se ni como se llaman, y a una librería que se llama Chapters, que esta cerca de donde tomamos el bus 4 que nos llevaba a Jericho Park, donde esta el hostel en el que nos quedamos.  Ahi fue donde compre los libros que mencionaba antes.

Ya estabamos bastante cansados de caminar toda la tarde, así que decidimos probar suerte en la búsqueda de la cámara en una tienda que estaba por la zona (la zona de la cual nunca salimos jajjajajaja) creo que se llamaba New zone o algo por el estilo.  Era una tienda de pura tecnología, no muy grande, pero pintaba bien.  Luego de preguntar a la encargada del área de fotografía, me quedaban dos opciones: una cámara Nikon coolpix modelo sepa dios, y una Canon SD 790.  La verdad la Nikon se veía muy buena, además era color negro y se veía presentable por fuera.  Pero al comparar las imágenes, la Nikon no me agradaba mucho.  La Canon (que fue la que compré finalmente) es bastante horrenda por fuera, -me parece un intento de piratearle el look a las Sony Saibershot- (con malos resultados, baidegüey) pero más sin embargo no obstante, cabe mencionar que me resultó muy buena, creo que toma muy buenas fotos y videos, excepto si son sin flash, que suelen salir muy movidas, aidonoguay.  En fin.

Ya más tardecín, nos fuimos de regreso al hostal, pero seguíamos emocionadas por estar en Canadá.  Yo aún no me lo creía, estaba en camino a Bangkok!!!!!!!!! Jamás creí salir de mi rancho tan pronto…                                 -Hora: 8:30 pm

Estuvimos un rato en la playa… Hace un frío de la chingada!!! No es tan bonita como otras; la arena es oscura, pero no huele mal ni había casi basura.  Aunque ya son las 10 de la noche, aún no anochece por completo.   Está bonito para descansar un rato, hay unos troncos donde puede uno sentarse a platicar.  Había una pareja tomando vino con sus copitas y toda la cosa.  Luego de un rato de discutir, se levantaron, se subieron a sus bicis y se fueron.

Las casitas en una pequeña colina frente a nosotros me recuerda el D.F…   Me gustaría vivir aquí, es muy bonito, tranquilo, y el clima es de lo mejor.  Me habría gustado que Amancio viniera…  Nos vamos a dormir porque mañana tenemos que levantarnos temprano para ver si encontramos VFS. Creo que ya tengo harta a Yuli diciendo que quiero ir jajajaja!!!                             -Hora: 10:00 pm

MIÉRCOLES, 09 de Julio de 20009

 

Nos levantamos a las 5:40 de la mañana, asustadas porque creímos que nos habíamos ido de largo.  No, en realidad amaneció bien temprano, creo que antes de las 5 ya estaba claro.  Después de limpiarnos las lagañas cada quien tomó un baño.  Sólo había una regadera funcionando, así que dejé que Yuli se bañara primero para poder seguir echando la weba un rato más jajaja.

Salimos del hostel como a las 7:10 am, a tomar el autobús que nos llevara a las mismas calles de siempre, sólo que ahora íbamos ‘en busca de la felicidad’… Digo, en busca de VFS.  Anduvimos vagando alegremente buscando la calle Hastings, y sin querer subimos pa’rriba una calle (Homer St –me encantó ese nombre!!-) y dimos con un lugar (que ya habíamos visto desde el taxi el día que llegamos a Canadá) y al preguntarle a un señor si sabía donde quedaba VFS casi quise correr a abrazar el edificio… Estabamos casi frente a él (bueno, del otro lado de la calle)

Después de esperar al semáforo que nos diera el paso como buenas ciudadanas canadienses (si claro) nos acercamos, tratando de ver la manera de entrar.  Eran como las 9 y media de la mañana, y aún estaba cerrado.  De pronto salió un chavo, cerró con llave y salió corriendo.  Nos asomamos pero no había nadie dentro del edificio.

Seguimos caminando (según yo en la dirección equivocada, aunque estábamos bien, y había otro edificio de VFS –ahhh de verdad que me habría gustado ir con Amancio!-) y estabamos tomando fotos a un monumento a sepa quién, cuando un viejito se nos atravesó.  Estabamos a punto de mentársela (yo lo hice en la mente jajajjaja) pero mejor le sacamos plática.  Resulta que vivía en el edificio a nuestra espalda, frente al parquecín donde está el monumento raro ese.   Todos los edificios (incluyendo los de VFS) eran muy antiguos.  Nos contó un poco de la historia del lugar, aunque yo estaba más concentrada en la emoción del momento y en haber visto VFS en en lo que me esperaba, y en lo que pensaría Amancio, y en qué estaría haciendo mi mamá y etc. etc.) nos invitó a conocer su estudio.  Tenía muy buenos dibujos,la mayoría de ellos hechos con pastel, otros con carboncillo.  También tenía otros no tan bonitos, y otros más bastante gachos.  Seguimos platicando con él un rato, y nos tomó una foto para el recuerdo.  Según él nos prometió que nos pintaría.  Nos dijo que si volvíamos a Vancouver fuéramos a verlo de nuevo.  Lo más probable es que jamás volvamos a verlo.

Salimos de allí tan rápido como pudimos porque no nos quedaba mucho tiempo y Yuli quería ir de nuevo a la librería del día anterior.

Ibamos caminando por la misma calle, siguiendo nuestra ruta de llegada sobre la calle Hastings, cuando vimos una pequeña librería del lado opuesto de la calle… Nos detuvimos a mirar, y ahí vi el libro de Narnia (La última batalla) en fransuá para Amancio.  Tenían igual unos de Jarri Pota en alemán y en francés, pero la neta estaban algo cariñosos así que no compré nada más. 

((CONTINUARÁ))

Realmente me habría gustado poder visitar Chaina.  Digo, aunque los jonkoneños son otra cultura y la cosa, es china enigüey!!  Me habria gustado porder visitar algo, comprar pirateria, ver si la comida china es como la que venden en mexige…

Llegamos al aeropuerto de Jonkón a las 8 de la noche o algo por el estilo.  Lo primero que hice fue ir al baño jajjajaja

Vancuba: Un mundo raro

 

 

Llegar a vancouver es muy extraño: por un lado, pensé que la ciudad sería más impresionante.  Rascacielos gigantes que me dejaran boquiabierta, centros comerciales que me recordaran mi pequeñez en medio del universo.  Y no: lo poco que alcancé a conocer fue más que suficiente para encantarme.  Es una ciudad muy bonita.  Limpia, pero no en exceso.  Tranquila, pero con todos los lujos de las grandes ciudades.  Viajar en autobús (con sus respectivos pagos de 2.50 cnd) es algo tan relajante, tan raro pero tan bonito que no es difícil acostumbrarse: la gente cede sus lugares a los ancianos o embarazadas, en cada calle se anuncia en un tablerito luminoso el nombre de la calle que atravesará y sólo tienes que ponerte de pie, oprimir el botoncito y esperar a que una luz verde te marque el momento en que puedes bajar.  Nada de sudor, nada de gritos de: en la parada por favor…!!!  Aunque a veces si llega a ser aburrida tanta formalidad.

Me gustó el hecho de que ahorita son poco más de las 10 de la noche (12 am en México) y aquí, aunque el sol hace más de 2 horas que se escondió, sigue sin anochecer por completo.  Es como si fueran las 6 y media todavía.  Y el silencio.  Las calles son muy tranquilas… (comparadas con las del D.F. todas las calles del mundo son tranquilíiiiiisimas, eso si) Me dió mucha risa porque el taxista que nos trajo al Hostal donde nos quedamos nos contó que se le hacía una ciudad muy ruidosa, y que había mucho tráfico… Como con 15 carros en ambos carriles en una avenida (sepa dios cuál, acabábamos de llegar y andábamos perdidísimos) eso era el paraíso.

Luego de recibir uno que otro regaño de parte del chofer del taxi por querer meternos a un hotel inseguro en Hastings East, y de que hiciera una llamada desde su celular, nos llevó al Hostal Vancouver, cerca del Jericho Park.  Es un lugar muy tranquilo.  Para llegar ahí desde el centro, sólo buscas la 4th Ave y esperas el camión que lleve a UBC (University of British Columbia) Al llegar a la calle 410 o algo por el estilo (viendo los anuncios del Jericho Park se darán cuenta que están ahí) piden su parada, y al bajar, hacia su derecha habrá una callecita que baja formando una curva hacia la derecha, por un lado algunas casitas muy típicas, y del lado derecho, un bosquecito de pinos y árboles de maple.  Caminan un poco más siempre siguiendo el caminito de pinos, y al llegar a una que parece iglesia, pero que es una Galería de Arte o algo así, siguen en línea recta.  Al fondo, frente a un campo de fútbol verán el Vancouver Hostal.

Por 30 dólares canadienses la noche, pueden tener una cama o litera pequeña en cuartos ya sea mixtos, privados, o sólo para hombres o mujeres.  Son bastante seguros, y atienden la recepción varios chavos muy amables, y que siempre sonriendo, contestan atentamente a tus preguntas y te explican las veces que necesites las direcciones, los autobuses que debas tomar, etc.  Hay un restaurante que sirve hasta las 6:30 pm, una cafetería que cierra a las 11pm, una cocina donde puedes preparar tu comida si no quieres gastar, servicio de internet inalámbrico gratuito, y si no traes compu, un pequeño ‘ciber’ á un lado de la recepción, donde la media hora te cuesta 1.50 cnd y el paquete de 6 horas, 5 cnd.  También tienen teléfonos a la entrada de la recepción, donde puedes hacer llamadas con monedas, y un teléfono donde puedes recibir llamadas de tu familia.

Salimos del Hostal rumbo al centro, y luego de dar muchas vueltas en una pequeña zona buscando una cámara barata para mi, decidimos buscar dónde comer.  Fuimos a parar a un pequeño restaurant de comida china que está frente a un 7 eleven, y que como mayor referencia, queda sobre la misma calle de una tienda de cupcakes que parecen de juguete, y que por cierto, estaban deliciosos.  Yo pedí el Koo koo, un panquecito con queso crema batido y coco rallado, y Yuli pidió el Mint no sé qué.  Un pastelillo con topping verde y pan de chocolate.  Seguimos dando vueltas otro par de horas, y decidimos entrar a una librería.  Yo me conseguí un diccionario de frases útiles de Thai por 8 cnd, y un libro de Narnia (edición especial de The Lion, the Witch and the Wardrobe), por 5 cnd.

Yuli cumplió su deseo de salir con un libro de 1 dólar, yo salí con deseos de llevar más dinero para comprarme el libro de Narnia que traía los 7 en uno, y costaba 28 cnd.  No lo compré porque pensé que a mi amigo Amancio no le gustaría.  Espero no haberme equivocado…

Comienza la aventura…

 

Salida de Villahermosa, Martes 7 de Julio de 2009.  Destino: México D.F.

Luego de esperar casi media hora en la parada de los taxis baratos que salen de ‘20-20’ (está cerca de Ruiz Cortines, frente a una cantina donde sonaba hermosa música clásica… Ya saben, Bach, Beetoven, y cosas por el estilo) todo mientras un borracho contaba sus aventuras a un compañero, ¡al fin! llegué al aeropuerto de Villahermosa.            -Hora: 5:10 p.m.

Luego de documentar mi maletón (22.4 kilos de porquerías que tendré que cargar de regreso) y de esperar a que saliera el maldito avión –con más media hora de retraso, por cierto-, al fin nos anunciaron.  Luego de la típica espera para que subieran primero los más ‘very important paisa’, y de escuchar a las azafatas decir las instrucciones en español e inglés con acento extraño, salimos rumbo al defectuoso.         -Hora: 6:55  p.m.

Si, al fin estamos en el D.F… tierra de smog, de labios agrietados, de narices resecas y de gargantas inflamadas.  Ojalá la conexión fuera un poco más próxima…  O hubiéramos salido de Villa más tarde.       -Hora: 8:20 p.m

Muy a mi pesar, tuvimos que quedarnos en un hotel: Ramada Aeropuerto.  No quiero contar cuánto nos costó el chistecito… Aún sigo riéndome sólo de pensarlo.  Los estúpidos del taxi que contratamos nos dijeron que costaba 700 pesos por habitación doble, aproximadamente.  Al ver la recepción con piso de mármol y dos bellboy vestidos bien mamones, me quedó muy claro que nos habían engañado sobre el precio.  Sobra decir que costó un poquiiiiiiito más que eso.         -Hora: 8:35

Celso, el chavo que viajó conmigo desde Villa decidió arriesgarse a ir a Walmart por unas pastillas porque le dolía la garganta.  Sabía que ir con él significaría otro desembolso en taxis, así que me hice mensa, y mejor le encargué algo de comer.  Trajo unas tortas y unas coca-colas.  Como buenos mexicanos.

Me pregunto cómo será el viaje en Vancouver.  Y me pregunto cuánto más tendremos que desembolsar… Tenemos que quedarnos desde las 11:30 de la mañana del miércoles, hasta las 3 de la tarde del Jueves.  No será nada barato, me temo. Tengo planeado ir a ver aunque sea de lejos la VFS -Vancouver Film School, para quienes no la conozcan-, y comprar una cámara usada en alguna de las tiendas que dicen que hay sobre la calle Main, en British Columbia.

 

Tai Tai Taiiiiiiiiiiii

Pues la mayoría de quienes me conocen ya saben que fui una de las afortunadas ((o no)) de ganarme una mini beca a Tailandia. Si, aunque usted no lo crea!!! Gabriela se ganó una beca!!!!!!! Eso nadie lo habría creído nunca.

Era más fácil y más creíble decir que Gabriela ya salió con su domingo siete, que Gabriela decidió cambiar de secso ((y no, no me interesa hacerlo, soy STRAIGTH!!!!! 100%)) o no sé, que Gabriela decidió dedicarse a asaltar bancos; pero que Gabrielita se vaya becada a algún lado, y no sólo fuera del rancho, sino del país...
Y hasta del Continente Americano!!!! y que cruzará el charco en avión durante los 4 días que durará este viaje ((eso de irse becado tiene sus desventajas porque no siempre te dan lo mejor sino lo más barato -aunque suene a comercial, es la neta)) viaje en el que por cierto, creo que dejaré embarradas mis ya de por si planas nalgas -como si de plástico derretido se tratara.

Pues aún no lo creo, la verdad creo que aún estando allá no me creeré nada. Debe ser una broma del mal gusto, debe ser un sueño muy bizarro y muy cruel.

No prometo traer recuerditos, porque la verdad no sé si podré sobrevivir con la poca lana que llevaré. Pero los extrañaré a todos!!!! Hasta a la gente que no conozco. Eso si, si consigo la cámara digital de medio uso -que por cierto ya vi una barata en una casa de empeños- subiré algunas fotos.

De por si nadie me lee... Será como si nunca hubiera ido... jajajajaja



Gaby